Siempre enfrentaremos desafíos en nuestras vidas profesionales y personales. A veces, las situaciones difíciles pueden salirse de control y convertirse en crisis. Debemos preparar y documentar los procedimientos de continuidad de negocio, que pueden activarse en cualquier momento. Esta preparación podría marcar la diferencia entre luchar para mantener el rumbo o adelantarse a la curva.
Las siguientes pautas deberían ayudarnos a enfrentar la mayoría de las crisis. Ya sea que estemos lidiando con una situación interna o un evento externo, un protocolo adecuado de gestión de crisis nos pondrá en control del evento en lugar de ser reactivos ante las circunstancias inesperadas.
Evaluación de riesgos. Antes de comenzar a trabajar en soluciones para una crisis, debemos realizar una evaluación de riesgos detallada para determinar el nivel de riesgos y cómo impactarán nuestro negocio. Debemos entender la gravedad de la situación. También debemos identificar las causas y efectos de los riesgos para construir un plan de acción efectivo.
Calidad de la información. Mantenerse informado probablemente se convertirá en la mejor manera de prepararse para un evento inesperado. Sin embargo, la calidad de la información que utilizamos para estructurar nuestras decisiones, impulsará nuestros próximos pasos hacia el éxito o el fracaso. Debemos ser muy selectivos con nuestras fuentes de información.
Transparencia. La mejor manera de enfrentar una crisis es conocer el alcance completo del desafío al que nos enfrentamos. La supresión de información puede ser contraproducente y crear un entorno peligroso con condiciones de alto riesgo. Solo compartir "la información necesaria" no significa suprimir detalles críticos sobre el impacto de la crisis.
Tendencias de datos. Es imprescindible revisar y comprender los datos subyacentes asociados con la situación en cuestión. Los datos relacionados pueden mostrar patrones claves que se pueden utilizar para aprender de eventos anteriores o reforzar lo que ha funcionado antes en condiciones similares. La mayoría de las crisis tienen fases de señales de advertencia que, si se ignoran, pueden sorprendernos. Sin embargo, cuando los signos son monitoreados y se reconocen, pueden ayudarnos a minimizar el impacto de la emergencia.
Impacto local. La magnitud del evento debe medirse a nivel local y a un nivel más amplio. No es una buena práctica tomar una solución global y aplicarla a un nivel local sin tener en cuenta las características de los grupos más pequeños. Al mismo tiempo, los resultados locales no deberían impulsar soluciones macro. La clave es escalar soluciones de acuerdo con los grupos afectados.
Planes a corto y largo plazo. Cada empresa debe tener un plan de continuidad de negocios a corto y largo plazo, preparados para ser implementados en caso de un desastre. Los planes a corto plazo deberían centrarse en el hoy-y-el-ahora. Estos planes nos asistirán a través de los próximos 180 días. Los planes a largo plazo deben aprovechar los resultados de los planes a corto plazo y deben ayudar a su negocio a avanzar hasta que las circunstancias vuelvan a lo que se puede considerar "la normalidad". Tenga en cuenta que es posible que sea necesario modificar los planes en función a la nueva información que se reciba.
Una mente abierta. Todos los extremos son malos porque nublan nuestro juicio. Los extremistas que se oponen a la situación actual lucharán para justificar por qué el estado actual tiene que cambiar. Los partidarios del estado actual se esforzarán por convencernos de que tenemos el control de la situación; "Superaremos estos desafíos y volveremos a ponernos en pie en poco tiempo", a pesar del impacto generado por la crisis. El desafío más significativo con los extremistas es que analizan los problemas en un mundo dimensional. Los problemas más complejos, como las crisis, deben ser vistos desde un mundo tridimensional porque hay que considerar más allá que lo correcto / incorrecto.
Manejo de comportamiento. Al atravesar una crisis, es imperativo comprender que todos necesitamos ajustar nuestros comportamientos. Una crisis no es un ambiente ordinario; por lo tanto, tendremos que calibrar cómo hacemos nuestro negocio.
Manejar una crisis pondrá a prueba los equipos más fuertes, los planes más elaborados y los gurús más inteligentes de los negocios. Podemos y debemos planificar cómo permanecer en los negocios en caso de una crisis. Tenga en cuenta que el mejor plan es el que puede ajustarse a la situación actual.
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